Al igual que en el resto del mundo, en Honduras los impactos sociales,
económicos y ambientales de la contaminación atmosférica constituyen un grave obstáculo
al desarrollo sustentable. Estudios recientes del Banco Mundial estiman que los
costos de la contaminación del aire urbano y del aire en interiores ascienden
al 1.2% del Producto Interno Bruto (PIB1) nacional. Este porcentaje es superior
al relativo a los impactos de la contaminación del agua (1.03% del PIB).
Las ciudades hondureñas afrontan serios desafíos relacionados con su
crecimiento demográfico, acelerada urbanización, crecientes necesidades de
movilidad, aumento en la demanda de energía y de diversos bienes y servicios.
Un ejemplo es la creciente demanda de transporte, se estima que el parque
vehicular podría duplicarse en los próximos 5 años, generando una mayor demanda
de combustibles fósiles. Según la información generada por la Secretaría de
Recursos Naturales y Ambiente (SERNA) a través del Segundo Inventario Nacional
de Gases de Efecto In
vernadero para el año 2000, el sector transporte como el sector energía
constituyen las principales fuentes de generación de gases de efecto invernadero
y de contaminantes atmosféricos en el país.
Tegucigalpa es la única ciudad de Honduras que ha contado con un programa de
monitoreo de contaminantes atmosféricos, promovido por la fundación
Swisscontact-COSUDE y ejecutado por el Centro de Estudios y Control de
Contaminantes (CESCCO), dependencia de la SERNA que tiene dentro de sus
competencias el desarrollar investigación y divulgar información en torno a los
problemas de contaminación ambiental, y orientar así la toma de decisiones y la
evaluación de la eficiencia de las mismas.
Este monitoreo reveló que las
partículas suspendidas totales, las cuales son generadas por diversas fuentes
de emisión como ser la combustión de combustibles y otros materiales, la
resuspensión de polvo en las calles sin pavimento y zonas erosionadas,
constituyen el principal problema de contaminación del aire identificado a la
fecha en Tegucigalpa, ya que su concentración promedio ha superado
significativamente el valor límite promedio anual de tolerancia establecido por
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por otra pa
rte, a través de este monitoreo se comprobó la efectividad de la eliminación
definitiva del uso de gasolina con plomo en el país desde 1995, ya que las
concentraciones de plomo en el aire disminuyeron notablemente, asegurando el
bienestar de la población receptora. Quizás uno de los efectos más
notables de la contaminación del aire que percibe fácilmente la población son
los episodios de reducción de visibilidad.
En un lapso de cinco años (2003, 2005
y 2008), se han producido tres episodios de reducción de la visibilidad en la
misma época (meses de marzo, abril y mayo). Este fenómeno estacional es
primordialmente producto de los incendios forestales y quemas agrícolas y que
tiene como consecuencias cuantiosas pérdidas económicas por costos de salud y
la suspensión temporal de actividades comerciales importantes como es el
transporte aéreo.
La SERNA), a través del CESCCO, coordina el diseño y establecimiento
del primer Plan Nacional de Gestión de la Calidad del Aire (PNGCA). El
propósito es el establecimiento de un marco estratégico que facilite la
coordinación de las acciones dirigidas a la mejora de la calidad del aire y la
prevención de su deterioro en ciudades hondureñas, al mismo tiempo que se
logran otros co-beneficios ambientales, sociales y económicos. El proceso
de elaboración del Plan se está llevando a cabo con una amplia consulta que
incluye, entre otros, a representantes del gobierno nacional, autoridades
municipales, organizaciones sociales, centros educativos y de investigación y
organismos de cooperación internacionales, a quienes se agradece su apoyo y
contribución. Las estrategias que se proponen están dirigidas a tanto a la
mejora de la calidad del aire como a la reducción de gases de efecto
invernadero.
De modo que, al fortalecer las bases del sistema de gestión de la
calidad del aire de Honduras se consolide un proceso de toma de decisiones y ejecución efectivo basado en información objetiva, con
metas de corto, mediano y largo plazo. Al mismo tiempo se propician mejoras en
sectores prioritarios para contribuir al desarrollo sustentable de las ciudades
y del país, a través de la mejora de los sistemas de transporte urbano,
generación de electricidad y producción de bienes y servicios, así como a la
restauración de ecosistemas.
Las líneas estratégicas propuestas por el
plan son las siguientes: un transporte sustentable, la generación de
electricidad limpia y eficiente, una industria limpia y competitiva, la
restauración ecológica y el fortalecimiento de la gestión de la calidad del
aire.